lunes, 23 de enero de 2012

domingo, 15 de enero de 2012

La Pedagogía y la Educación en la Modernidad Liquida y la Postmodernidad

Ya lo sentenció Nietzsche: “Dios ha muerto”. Y con ello el paso de la verdad, que reinaba absoluta en el sentir del hombre moderno, a un fenómeno totalmente opuesto. Un fenómeno que adoptaba un sinfín de verdades con nombre y apellidos, un sinfín de creencias apuntando a todas partes y, en realidad, a ninguna de ellas.

Este acontecimiento o cambio a nivel de pensamiento social, sin duda causó estragos en el hacer de la Pedagogía y la Educación, en la forma de relacionarnos, en la forma de caminar por la vida. Dejamos de ser ciudadanos para convertirnos en simples usuarios. Cambiamos las metas u objetivos, tanto impuestos como deseados, por la ausencia de los mismos y, contradictoriamente por la adquisición de todos ellos.

Antes de convertirnos en “seres líquidos” en términos educativos, la consistencia Pedagógica era sólida, muy sólida…quizás excesivamente sólida. Estamos hablando de una Educación única para todos, sin distinciones, sin individualidades…como si de una verdad absoluta se tratase, todos aprendían lo mismo, de la misma manera, en el mismo espacio y en el mismo tiempo. Un mismo molde para seres diferentes.

El quebrantamiento en tiempos Modernos de la solidez a nivel social, trajo consigo una forma de educar y de aprender diferente a lo practicado anteriormente. En la Modernidad líquida (previo paso a la Postmodernidad) prevalece la liberación de los hábitos aprendidos, prevalece aquel que es capaz de adaptarse al medio una y otra vez, siendo estos cambios rápidos y continuos. Es decir, prevalece lo flexible, lo versátil, una Pedagogía efímera en formas y contenidos.

Para el educando líquido es de vital importancia el evitar habituarse. El aferrarse a una única forma de hacer significaría un suicidio en la sociedad en la que vive. Por ello se desliga rápidamente de todo aquello que aprende, para adquirir otro aprendizaje diferente que, de nuevo, correrá la misma suerte que el anterior, el desecho. Reinventarse cada día sin acumular la experiencia.

Por tanto, la Pedagogia, en la Modernidad Líquida y la Postmodernidad, es una ciencia que convive en una sociedad de consumo, volátil y efímera que impregna a la Educación de esa forma de hacer y crear, y volver a crear, y destruir, y volver a crear…y destruir.