jueves, 22 de diciembre de 2011

Racionalidad vs. Irracionalidad

En una conversación que se presentaba interesante (luego degeneró a temas bastante escabrosos y poco delicados para tratar aquí) un amigo me explicaba que constantemente se debatía entre el ser racional (inculcado) y el ser irracional que habitan en él (sus impulsos más innatos).

Me comentaba que, en ocasiones, deseaba hacer cosas que ética y moralmente no estaban dentro de los cánones de actuación y comportamiento impuestos o establecidos por aquello que la sociedad "esperaba" de él y de todos nosotros. Expresaba que su revolución interior le empujaba a no quedarse con las ganas de hacer algo.

Me decía: "yo disparo y luego, en todo caso, pregunto". Sin embargo lo curioso del caso es que aún saciando ese instinto deseado y latente (fuese del tipo que fuese, no concretamos), después la culpa y el remordimiento le invadían pues está acostumbrado a que lo correcto es lo comúnmente ético y se sentía deshonesto y egoísta. Los valores absolutos no le dejaban vivir pese a que "sentirse vivo" va muy ligado a nuestro instinto...A lo que no se puede explicar con palabras sino que se siente en cada poro de nuestra piel y te reclama.

Me pregunto... ¿merece la pena saciar el ansia y el deseo de hacer algo fuera de los límites marcados por el modus operandi de nuestra sociedad si después no se es capaz o no se está preparado emocional y/o intelectualmente para canalizar y comprender la naturaleza de nuestro ser? ¿Hasta qué punto lo racional (que nos lleva a un oasis de reflejo positivo de nuestra persona) es lo auténtico y hasta qué punto es un mecanismo de opresión[1] de lo que realmente somos o podemos llegar a ser? Algunos pecan de un uso demasiado exhausto de uno de estos dos motores, otros los combinan sabiendo moverse entre aguas tenebrosas, otros sin embargo desean y desean pero la conciencia global les traiciona cuando deciden materializar esos deseos.

Freud, por ejemplo, opinaba que la represión de los impulsos produce frustración en los hombres pero, a su vez era consciente de que era la contradicción en nosotros mismos creada por la cultura social la que permitía el progreso constante de la civilización.

Por tanto, el inconsciente, donde habitan los instintos primitivos, las pulsiones sexuales, nuestros deseos más ocultos, todo aquello que socialmente no podemos mostrar debe ser asumido y comprendido por los individuos. Debemos saber que existe y que está ahí…respetarlo y aceptarlo. Evidentemente, si se quiere vivir en sociedad, existen unas pautas[2] comunes a respetar…pero, el bien y el mal, el “pecar” o no “pecar” (Y que conste que no estoy hablando de asesinatos, pederastia o acciones muy serias) es muy difícil de medir y de clasificar.

Creo fervientemente que nuestra Educación no debería estar basada en una represión constante de nuestros instintos individuales sino que, como bien hizo A.S Neill con su escuela de Summerhill, el no marcar de manera estricta un camino o modelo concreto a los niños lleva a que se construyan a sí mismos sin coacciones ni miedos y que escojan la forma de vida que les haga más felices. Es decir, Individuos no oprimidos, individuos que se escuchen a sí mismos (instinto, alma,...lo que sea) individuos con capacidad de decidir.

Quizás no podamos saciar nuestro instinto más oculto siempre, pero si alguna vez pasa, deberíamos estar preparados para asumirlo, asimilarlo y encajarlo y eso sí debería educarse de la misma manera y con la misma energía que se gasta para inculcar/educar en valores.

Que no vivimos en Disneyland....coño!



[1] En la parte reprimida es donde están ubicados la pulsión, el instinto, lo latente, y el deseo sexual o la libido; estos se caracterizan por ser inmorales, autocomplacientes y narcisistas. Freud

[2] ¿Quizas deberían ser revisadas?

No hay comentarios: